lunes, 26 de abril de 2010

¿Amapola o ababol?



No sé de dónde vino la foto. Ni en qué momento la guardé. Sólo recuerdo que alguien dijo que yo era como una amapola. En aragonés, la amapola se llama ababol (sinónimo muchas veces de persona simple). Yo puedo ser muchas cosas pero simple.....
Quiero pensar que mi parecido con la amapola surge de su fortaleza. Es una flor aparentemente frágil que, sin embargo, se desarrolla en terrenos hostiles. No necesita demasiada agua para su crecimiento. Sin embargo, presenta un color intenso que se desvanece ante el tacto brusco.

Hoy me siento así. Soy esa amapola.

(Actualizado a las 19.47)


Soy una amapola muy afortunada. Sólo alguien que es amigo puede contribuir a dotar a la amapola de ese color rojo tan característico. Algunos amigos, por mucho que la acaricien, nunca dañan su textura o su apariencia. Y si lo hacen, la amapola jamás lo tendrá en cuenta.

miércoles, 21 de abril de 2010

Camila




Dicen que la música amansa a las fieras. Por eso, yo que ando como un león enjaulado tratando de solucionar algunos asuntos laborales, termino el día con un sonido dulce. La música de Camila. Los he descubierto hace poco pero me encantan.

jueves, 15 de abril de 2010

¡Ancistrus, que eres un ancistrus!


Es un tiempo duro. De mucho trabajo y pocas satisfacciones. Sólo algunos ratos de risa rompen la monotonía de los días. Lo mejor, esta tarde. El compañero y amigo con el que comparto nervios, trabajo, preocupaciones y leves momentos de asueto, ha hecho que la sonrisa que hoy pintaba en mi rostro pasara a convertirse en carcajadas. “Tu y yo somos los peces barrefondos (ancistrus) de la pecera”, me ha dicho.

Y no le falta razón. Nadie se percata de su presencia, son poco vistosos (incluso feos, diría yo, algunas veces), no aletean alegremente en la pecera, no llaman la atención con sus vivos colores, no molestan al resto de congéneres… Pero son indispensables.

Sin ellos, la pecera poco a poco se convierte en un habitáculo incómodo, lleno de restos y desechos inservibles. Los barredores son los que pulen el cristal, las rocas ornamentales, las plantas que oxigenan el agua.

Si, hijo, si: somos un par de peces barrefondos.


La foto, aquí.

miércoles, 14 de abril de 2010

Entre Palermo y Taormina, pasando por Cuba (I)


Quiero hablar del viaje que hice el pasado sábado por Sicilia y que finalicé recalando en la isla de Cuba. No tengo tiempo, sin embargo.
Quiero escribir un relato que le prometí a Unjubilado, y no tengo tiempo.
Quiero corregir el poemario que sueño poder publicar algún día. No encuentro el momento.
Mi vida está llena de números, cifras y letras. Pero es lo que toca.
Pongo (I) en el título porque espero que haya una parte (II) en algún momento y encuentre tiempo para hablar de todo ello.
De todas formas, a pesar de los números, de las lluvias, de los nubarrones.... sonrío.

La foto, aquí.

viernes, 9 de abril de 2010

¡Cuánto egoísmo!

Siempre he entendido la amistad como una actitud generosa, como una relación de ida y vuelta, como un compartir sin exigir, como un dar sin esperar nada a cambio. Es una balanza que a veces se inclina en una dirección y otras veces en otra.

Ayer se lo decía a un amigo: con los míos, con los que quiero, soy pesada hasta la extenuación. Un poco de cómo estás por la mañana, un beso de buenas noches porque no he podido llamarte, un mensaje de hola qué tal a mitad de semana porque intuyo que está siendo difícil, una llamada a destiempo sólo para que sepas que estoy ahí, un poema escrito a trompicones porque no sé decir lo que me angustia o me hace reír, un apretón en la cintura a contrapie en un pasillo para que notes cuánto te extraño, un mensajito en fin de semana para que sepas que no me olvido.... Pesada hasta la extenuación. Pero supongo que mis amigos, los de verdad, saben apreciarlo.

Y, por supuesto, no espero lo mismo. Porque en esa balanza que es la amistad algunos se encuentran en el platillo elevado porque el fiel de la balanza se inclina hacia mi lado. Y es como debe ser. Seguro que en otra ocasión la balanza irá al contrario.

Sin embargo, hay dos "amigos" que acaban de saltar del platillo. Con una pequeña ayudita por mi parte, claro.

Que veinte años no es nada, decía la canción. A. sigue siendo tan egoista como en su juventud. Requiere mi compañía sólo para él. Nada de compartirme con otros amigos. Nada de salir en cuadrilla. Nada de pensar en mis necesidades. Sólo viene cuando él lo necesita.

I. y compañía también han saltado del platillo. Ahora es mi decisión. Sí, la mía. No se puede contagiar tanto desprecio a quienes supuestamente tenemos la obligación de educar. El tiempo pondrá a cada cual en su sitio.

Dicen que la gente del norte somos muy cerrados. Que cuesta mucho hacerse con nosotros. Pero cuando alguien consigue tocar nuestro corazón es para siempre. Eso si no decidimos, después de una y otra vez de aguantar desplantes, impertinencias y maldades, no decidimos cerrar la puerta de casa. Porque, eso si, cuando la cerramos también es de forma definitiva. A., I. y compañía..... nunca más.

Y como el mundo está tan lleno de egoísmo, que mis amigos amigos amigos de verdad sepan que los quiero. Y que mañana disfrutaremos juntos todo lo que podamos.

jueves, 8 de abril de 2010

Pájaros de Papel



Miguel (el niño) a Jorge Molina (Imanol Arias), en Pájaros de Papel:

"A ti lo que te pasa es que no crees en Dios. Y, como Se entere, te la vas a cargar".


La Foto, aquí.