lunes, 21 de diciembre de 2009

Libros y pañuelos

“El Escondite Inglés”, de Miguel Mena, “La Tuneladora”, de Fernando Lalana, “La Espada de la Verdad (Vol.I): El Libro de las Sombras Contadas”, de Terry Goodkind. Y ahora, “La Mujer Justa”, de Sándor Márai. Todo esto han dado de si quince días de baja laboral.

La elección no responde a ningún plan preconcebido. Ni siquiera a una lista de títulos pendientes. Más bien se debe a la necesidad de recurrir a los pocos ejemplares que permanecen vírgenes en mi biblioteca. En este caso, más bien, en la de P.

A pesar de que conozco el trabajo periodístico de Mena, nunca antes me había acercado a su producción novelística y he de reconocer que me ha sorprendido gratamente. “El Escondite Inglés”, de obligada lectura para los alumnos de primer curso de la E.S.O., ha conseguido atraparme en una trama tejida con inteligencia. Un argumento en el que los personajes se entrelazan en un destino de final inesperado.

Fernando Lalana, también aragonés, tiene también una abundante producción de literatura infantil y juvenil. Me acerqué a “La Tuneladora” con esa superioridad de la lectora adulta que no espera nada salvo amenizar unas horas de mocos y toses. Siguiendo la recomendación de P., sin embargo, me encontré pronto inmersa en una ciudad reconocida, un paisaje familiar y una trama entretenida.

Con el primer volumen de “La Espada de la Verdad” he de reconocer que he disfrutado. Me ha sorprendido también la dureza con la que Terry Goodkind describe algunas situaciones. Un libro en la estela de las grandes sagas épicas, que me ha dejado con el deseo de poder acudir a la librería y adquirir el segundo volumen.

Y, finalmente, “La Mujer Justa”. Que ha llegado en el momento en que he vuelto a pisar la calle y que, me temo, requerirá una lectura más pausada y atenta.

Entre pañuelos y libros he pasado los últimos quince días añorando una actividad de la que habitualmente reniego hasta el infinito y que, sin embargo, es la prueba de que estoy viva.

4 comentarios:

  1. Tengo todavía en casa algún libro por leer, pero en esta ocasión mi visita es para desearte una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo.

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  2. Hola Lamia,vengo a regalarte un libro con una sola hoja escrita que dice "Feliz Navidad". Ya sé que es corto, pero son dos palabras dichas con todo sentimiento y cariño.
    Que el Niño Dios te traiga toda clase de bendiciones y que el 2010 sea pródigo en todos los sentidos.

    Un beso

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  3. ¿Baja laboral?, vaya hombre, por todos los mengues de todos los olimpos y olimpillos, pues a "reponese" bien

    Ya me he quitado asi casi por completo del feo vicio de la lectura, pero, pssssstttt, aun tengo libricos en mi mesilla de noche claro que son temas que me interesan como tales

    Disfruto con el señor Rumi ("tan solo llanto era y en risa me troqué..."), la parejilla de dos que formaron Juan y Teresa, o Teresa y Juan que tanto monta, de la que disfruto enterándome de lo que están diciendo de verdad, la prosaica lectura (pero útil) del señor Carnegie...

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  4. Querido jubi, como puedes comprobar, tengo el blog un poco desatendido. Aunque he vuelto... me lo tomo con calma de momento. Gracias por tu felicitación y buenos deseos. ¡Igual el 2010 hace que finalmente nos conozcamos "in person"¡ Un abrazo.

    Querida Nerim, a veces en una sola palabra se encierra un mundo. Muchas gracias por tu felicitación y perdona que responda con tanta tardanza. Espero que este 2010 haga realidad todos tus buenos deseos. Un beso.

    Celebrador, el alma que ama también mis hayas, ya casi estoy "reponida". Aunque me ha costado un poco. Parece que me había dejado un poco de lado yo misma con mi mismidad y, como tu sabes bien, alma y cuerpo son un conjunto. Y lo que uno hace mal, lo sufre el otro. Estos días me han venido muy bien para tratar de armonizar ambos y creo que ya estoy en el buen camino. Gracias por seguir por aquí cerca aunque esta Lamia ande entre la luna y otros hayedos.

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