Saludos, Lamia: pues sí, ya tengo en la calle mi libro de relatos. Pero no temas estar desinformada: desde ya habrá por aquí más información que sobre la gripe A. Ya te iré contando. De momento, un secreto: tengo ya algunas críticas muy estimulantes. Seguiremos leyéndonos.
Lamento quebrantar el secreto de Santiago, pero es que un secreto contado así, tan en público...
:)
Lamía: Tengo enlazada tu dirección anterior, en la que he observado que acabas de publicar algo nuevo. Un secreto: ¿Te pongo ésta, la antigua, o las dos? :)
Gracias. PD: Si me contestas a mi email secreto podría ver tu respuesta el lunes.
Unjubilado había encontrado una roca en la que apoyarse mientras aguarda que salga el sol. Pero está inclinada y el musgo, que se agarra a ella con la fuerza del tiempo, no favorece su acomodo. En algún sitio lo he leído pero ahora no lo encuentro. ¿Lo habré soñado?
No jubi, no lo has soñado. Desgraciadamente las lamias, al igual que ocurre con los humanos, somos dueñas de nuestros silencios y esclavas de nuestras palabras. Pero el cierzo constante y profundo que desde hace una semana sopla en mi hayedo ha arrastrado las hojas muertas.
Saludos, Lamia: pues sí, ya tengo en la calle mi libro de relatos. Pero no temas estar desinformada: desde ya habrá por aquí más información que sobre la gripe A.
ResponderEliminarYa te iré contando. De momento, un secreto: tengo ya algunas críticas muy estimulantes.
Seguiremos leyéndonos.
Un abrazo
Santiago
Enhorabuena, Santiago. Me alegro mucho, de verdad. Porque puedo imaginar todo lo que has tenido que trabajar para llegar hasta aquí. Un abrazo.
ResponderEliminarLamento quebrantar el secreto de Santiago, pero es que un secreto contado así, tan en público...
ResponderEliminar:)
Lamía: Tengo enlazada tu dirección anterior, en la que he observado que acabas de publicar algo nuevo.
Un secreto: ¿Te pongo ésta, la antigua, o las dos?
:)
Gracias.
PD: Si me contestas a mi email secreto podría ver tu respuesta el lunes.
tumosquito@yahoo.es
Mosquito, quédate con ésta. Lo de la otra ha sido un desliz.
ResponderEliminarUnjubilado había encontrado una roca en la que apoyarse mientras aguarda que salga el sol. Pero está inclinada y el musgo, que se agarra a ella con la fuerza del tiempo, no favorece su acomodo.
ResponderEliminarEn algún sitio lo he leído pero ahora no lo encuentro.
¿Lo habré soñado?
No jubi, no lo has soñado. Desgraciadamente las lamias, al igual que ocurre con los humanos, somos dueñas de nuestros silencios y esclavas de nuestras palabras.
ResponderEliminarPero el cierzo constante y profundo que desde hace una semana sopla en mi hayedo ha arrastrado las hojas muertas.
Y con ellas han volado algunas de las palabras que nunca debieron escribirse.
ResponderEliminarOído aquí y allí.
ResponderEliminarGracias a ti, Lamia.