viernes, 25 de octubre de 2013

Una carta

He escrito LA carta. La que tenía que haber redactado hace casi cinco años.
Llevo varios días haciendo un ejercicio de autocrítica y tratando de restañar las heridas causadas. Está claro que es díficil arreglar lo que ya está roto. Aunque no imposible.
Si bien es cierto que la cicatriz que queda muy pocas veces sana hasta desaparecer por completo.

Se trata de dos circunstancias muy diferentes. En una se muy bien que jamás será posible anudar la cuerda de nuevo. En la otra, espero que lo que hubo entre nosotros sea suficiente para entender, para comprender, para perdonar.

En el centro de esta nueva página que quiero escribir, he de colocar cada palabra en su sitio, cada guión acotando cada cita. Es posible que algunas palabras no encajen o que los guiones se superpongan arruinando cada frase. Sin embargo, es la única forma de poder volver a escribir.

Foto: M. V.

2 comentarios:

  1. Así como los magos usan la palabra "abracadabra" para que el milagro sea posible a nuestra vista, hay una única palabra milagrosa que es capaz de restañar todas las heridas: perdón.

    Cuando el perdón se pide desde el corazón y se recibe y responde desde le mismo, la paz y la concordia es posible, son muy numerosos los casos. Pero todo pasa por la humildad de pedir perdón, aunque uno sea la persona ofendida y no la que ofendió. El perdón, repito, es palabra milagrosa. ¡Ánimo!

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  2. ¡Qué valiente! ¿Has visto que hasta entre las ruinas crecen flores maravillosas? Tú mereces muchas más y, sobre todo, muchos esperamos que vuelvas a escribir.
    Besos

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