¡Qué cierto! Y eso sucede porque no le damos importancia alguna a lo cotidiano: la salida del sol, la lluvia, el plasma que tapona nuestras heridas, la facultad de ver o escuchar... Sólo los grandes traumas nos impresionan, el resto entra en lo cotidiano, aunque no deje de ser extraordinario. ¡Feliz Navidad!
Siempre que el número de veces que se respira sea superior al número de veces que se pierde el aliento, entonces vamos bien. Mis mejores deseos para estos días y el año nuevo. Un abrazo
Disculpad estos silencios. Mi vida se ha convertido en un cambio de maletas... De Teruel a Zaragoza, de Zaragoza a Huelva, de Huelva a Pamplona... Pero lo mejor de todo, y quiero compartirlo con vosotros, es que sigo caminando/viajando. Besos con sabor a cierzo.
Qué chula queda la foto. Gracias. En Pamplona ya ha cambiado la viento. Feliz Navidad.
ResponderEliminar¡Qué cierto! Y eso sucede porque no le damos importancia alguna a lo cotidiano: la salida del sol, la lluvia, el plasma que tapona nuestras heridas, la facultad de ver o escuchar... Sólo los grandes traumas nos impresionan, el resto entra en lo cotidiano, aunque no deje de ser extraordinario. ¡Feliz Navidad!
ResponderEliminarSiempre que el número de veces que se respira sea superior al número de veces que se pierde el aliento, entonces vamos bien.
ResponderEliminarMis mejores deseos para estos días y el año nuevo. Un abrazo
Disculpad estos silencios. Mi vida se ha convertido en un cambio de maletas... De Teruel a Zaragoza, de Zaragoza a Huelva, de Huelva a Pamplona...
ResponderEliminarPero lo mejor de todo, y quiero compartirlo con vosotros, es que sigo caminando/viajando.
Besos con sabor a cierzo.