jueves, 27 de enero de 2011

Argui

Argui es el nuevo miembro de nuestra familia. Familia en el sentido amplio de la palabra porque la perrita no convivirá directamente con nosotros sino que ha sido adoptada por mi hermano.
Argui llega a casa diez años después de la muerte de Beltza, un mestizo de color negro que adoptamos cuando todos los hermanos estábamos aún en casa de la madre y que llegó a nuestro hogar con unos pocos días de vida. Lo alimentamos a base de biberones, le dimos calor con botes de agua caliente y lo quisimos desde el minuto uno hasta el fin.
Beltza fue testigo de nuestros estudios, de las primeras madrugadas de fiesta (en las que era imposible engañar a la ama sobre la hora de llegada porque él se encargaba de anunciarla convenientemente con sus gruñidos), de un par de bodas, de tres nacimientos... Beltza fue un buen compañero y siempre un consuelo.
Cuando murió, la casa... y, por supuesto, nosotros.... se quedó huérfana. Tan vacía que durante muchos algunos tímidos intentos de volver a adoptar un perro quedaron en agua de borrajas.
Pasado un largo tiempo de duelo, ha llegado Argui.
También desde el minuto uno hemos quedado absolutamente prendados de ella.

Si veis la foto que le tomó mi hermano nada más llegar a casa, entenderéis por qué.

No hay comentarios:

Publicar un comentario