miércoles, 22 de septiembre de 2010

Tendrá vedado llorar

Sofía abre los ojos y se estira en esa cama inmensa y huérfana. Todavía no sabe que su cocina va a inundarse, que le robarán la radio del coche recién estrenado y para ello romperán ventanillas, puertas y lo que haga falta. Aún no sabe que tendrá vedado llorar, más que nada por falta de tiempo. Todo eso y más en una sola jornada. Demasiado y nunca suficiente.


Sofía abre los ojos y sonríe. Volverá subirse en la bici y pasará de largo junto a la caverna en la que una vez se refugiaron. Ésa en la que él le dio su primer beso. Un contacto tan dulce que hizo que ella reclamara más. Llegó el segundo y un tercero de propina. Y siempre que pasa por delante recuerda cómo se alejaba mientras sentía la cálida mirada sobre su espalda.


Sofía abre los ojos ajena a lo que traerá el nuevo día.

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