Hoy sólo tengo palabras sueltas:
– Ausencia (P. anda ya de vacaciones y disfruta con la familia del Norte).
– Añoranza (Simba ha cambiado temporalmente de casa y Pi. cuida de él mientras P. y yo andamos de fiesta).
– Soledad (uno abre los ojos y descubre que es un día distinto, preludio de los que vendrán, y piensa que cada vez aborrece más la soledad no deseada).
– Cansancio (¡qué mal año hemos tenido! ¡cuánto trabajo y cuánta presión!).
– Picor (el herpes recurrente que siempre vuelve cuando el mundo trata de apoderarse de mí y me resisto).
– Alegría (siempre la siento cuando un amigo me escucha y sonríe).
– Calor (hay voces que caldean las almicas solitarias).
– Complicidad (lo que permanece a pesar del tiempo y las circunstancias).
– Nervios (siempre que tengo que hacer una maleta).
– Despreocupación (ante un viaje que no he preparado y que, seguro, me deparará sorpresas)…
– Empeño (siempre tropiezo con la misma piedra. La vida sigue y hay que aprender a aceptarlo).
– Empatía (….).
Palabras que, sin embargo, soy incapaz de hilar.
¡maldita soledad!, que abres la puerta a mi añoranza... dejándome el picor de su ausencia grabado en la memoria.
ResponderEliminarBendito cansancio cómplice, que me lleva a dormir entre los brazos de un vano empeño por soñar... por descansar, y despertar alegre y despreocupado, sin nervios y disfrutar del calor del sol de una mirada... etc. ;-)
¡Cada vez nos lo pones más dificil!, jeje. besos
Nunca habrá escollos suficientemente incómodos para ti.
ResponderEliminarHaberlos haylos... pero todos son superables ¡por todo el mundo!. Basta con fabricarse unas alas con lo que tengamos a mano, y salir del laberinto del minotauro (Icaro)
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