jueves, 27 de mayo de 2010

Color para la oscuridad

La vida tiene muchos colores. A veces nos presenta una cara oscura. Otras, una ventana abierta por la que entra la luz a raudales. En la mayoría de las ocasiones creemos que una u otra situación escapan a nuestro control y vienen determinadas por una suerte de hados, deidades o destino que nuestro entendimiento no es capaz de aprehender y que, además, en la mayoría de los casos, no responde a nuestros deseos.

No alcanzaremos una plenitud completa mientras no podamos asumir que el camino que recorremos lo hacemos nosotros mismos: con nuestras decisiones, con nuestra mirada hacia el mundo, con nuestras actitudes, con nuestros deseos y comportamientos.


Siento que la oscuridad en la que a veces me sumerjo haya hecho que muchos de los que hasta ahora me habíais acompañado, no paseéis ya por el hayedo. Lo lamento profundamente. Sin embargo, esta Lamia tiene pocos espacios en los que dejar los restos que arrastra su peine. Pocos lugares en los que verter lo que realmente anida en su interior.


La primavera está haciendo que las ramas de las hayas vuelvan a llenarse de color. Crearán en breve un espacio acogedor en el que guarecerse cuando el sol apriete. Voy a esperar vuestra vuelta. Y, para ello, seguiré cuidando el entorno tratando de que el color se imponga a la oscuridad.


Fotografía: Malatorre

3 comentarios:

  1. Si los que paseaban por el bosque se han ido a la playa es porque en realidad no les gustan las setas. No es culpa del hayedo, ni de sus pobladores.
    Seguramente eran domingueros con bocata envuelto en albal, que dejaban todo hecho un asco...
    Ah, por cierto, se han perdido un poco de belleza entre las hayas.
    http://www.flickr.com/photos/alasdeplomo/sets/72157608571622189/

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  2. Algunos se habrán ido a la playa, como dice el anterior comentario, pero no tod@s. Ni tampoco es la causante la oscuridad en la que se sumerge Lamia, pues todos nos sumergimos en la oscuridad algunas veces, un@s más que otr@s, unas veces se sale antes y otras piensas que no vas a poder salir.
    Quizás sea un mal entendido, pues cuando Lamia se fue de su Hayedo a Ilaski, algun@s pensamos que no deseaba según qué visitas ni comentarios. Aunque a pesar de ello seguimos leyéndola, pues nos gusta lo que dice y cómo lo dice. Besos

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  3. Yo no creo que se trate de domingueros, Carlos. Más bien pienso que la gente prefiere unas veces un menú y otras, otro. Parece que las setas no son un plato especialmente apetitoso en este momento. Espero confeccionar mejores guisos en breve de manera que el olor que desprendan permita a los amigos volver a cenar en mi casa.

    Amam, mis amigos siempre son bien recibidos en casa. Aunque, cuando la oscuridad se torna muy intensa, me duele pensar que el hogar que ofrezco no es el más cómodo y, por lo tanto, prefiero ausentarme una temporada a la espera de que mi casa vuelva a ser el refugio que los que me quieren tanto aprecian. En cualquier caso, gracias por seguir a mi lado. Ninguna visita ni comentario ha motivado mi ausencia. Siimplemente he tratado de que mi oscuridad no se extendiera por el hayedo contagiando a los que por el caminan. Y me alegra saber que os gusta mi bosque. Un beso.

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