martes, 2 de marzo de 2010

Primavera


¿Has visto el sol? Brilla de nuevo. Desde ayer, o antes de ayer. O quizá lleva varios días y no he sentido su calor hasta hoy. ¿Has visto los árboles? Allí donde termina cada rama, están creciendo unos pequeños brotes. Tímidos y estrenando color, se extienden por la superficie arbórea vistiendo los esqueletos desnudos y resecos del cierzo y el frío. El abrigo verde, que el calor hará intenso y fuerte, aún está por tejerse. Las terrazas tardarán unos días en asomarse a las aceras. Las margaritas tiñen de blanco algunas praderas. Pero donde el año pasado encontré amapolas, el espacio sigue yermo. No pierdo la esperanza. Seguro que en unos días desplegarán sus pétalos formando una hilera que guarda los lindes del camino que me conduce a casa.

¿Has visto la luz? El color es distinto. Desde ayer, o antes de ayer. Quizá lleve más días amplificando los colores y yo lo he percibido hoy. Ya no es la misma. Parece que las distintas tonalidades de gris, que han teñido el cielo en los últimos meses, están tornando a la gama de los azules. Como la paleta de un pintor, que describe momentos y lugares con su pincel, la luz otorga nuevas vidas a los objetos, a las personas, a la naturaleza.

He percibido un atisbo de primavera. El paso del tiempo, que derrite momentos, lugares, situaciones y problemas, descubre nuevos colores donde antes solo hubo oscuridad.

La foto, maravillosa, de Malatorre.

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