El nuevo obispo de San Sebastián, monseñor Munilla, que ha llegado a su nueva Diócesis envuelto en la polémica y en contra de los deseos de la mayoría de sus sacerdotes, hizo ayer unas declaraciones en la Cadena Ser sobre el terremoto de Haití y el sufrimiento de su población.
Nunca he dicho esto ni lo he dejado escrito pero hoy no puedo hacer otra cosa:
Siento vergüenza de pertenecer a una organización en la que una de sus pastores es capaz de decir lo que dijo.
(Actualizado 12.30h.)
El obispo Munilla, bien aconsejado o asustado ante la reacción que suscitaron sus palabras, ha vuelto a intervenir en la Cadena Ser para explicar sus palabras de ayer por la tarde sobre el sufrimiento de los afectados por el terremoto de Haítí.
Escuchadas las declaraciones iniciales y la corrección, me niego a admitir que se intente responsabilizar, una vez más, a los medios de comunicación de una mala interpretación de sus palabras. Aquí no hay titular que valga. Munilla dijo lo que dijo (prueba de ello son los sonidos que podéis escuchar en los enlaces que incluyo) y debería haber tenido en cuenta que habla para un medio de comunicación y que aquí no caben las interpretaciones teológicas que puedan hacerse en otro tipo de medios.
Es verdad que la Iglesia tiene que tener una mayor presencia en la sociedad, en los medios de comunicación, en los debates públicos, en definitiva. Y, para no errar, debería emplear un lenguaje adecuado al canal que utiliza. Y dejar los mensajes teológicos para otros ámbitos. La sociedad lo que espera de su Iglesia es compansión, empatía, consuelo, ayuda....
Lo siento, monseñor Munilla, no me satisface la puntualización.
Ellos tienen su púlpito y los feligreses a sus pies, pues eso, que se preocupen por no perder más clientela. Tienen radio propia y muy pronto hasta un canal de televisión, es decir, están cultivando su campo y me parece bien, pero que no invadan los límites del campo vecino al cual desprecian por no estar de su lado.
ResponderEliminarBuena la entrada y tu forma de exponerlo...
ResponderEliminarMala la comparación que ha hecho,como dice Nerim asi va a perder más clientela...
Un beso
Queridas Nerim y Azul, perdonad que tarde tanto en dejaros mis palabras. En mi hayedo sopla estos días un viento fuerte, frío y cambiante que me mantiene escondida en el hueco de un árbol, al abrigo de los elementos.
ResponderEliminarY, al hilo de lo que decís, quizá la Iglesia debería labrar el campo que tiene más cerca para poder recoger frutos. Los árboles antiguos se van agostando y la fruta, madura hace mucho tiempo, empieza a pudrirse.