“Lo malo de cuando llegas a los 30, es que es cada vez más difícil encontrar a alguien que merezca la pena. Lo bueno, que ya no tienes que darte besos en los portales. Vas al grano”.
Lo he leído paseando por la blogosfera.
Yo añadiría, lo malo de cuando pasas de los 40 es que, cuando lo encuentras, el camino previo ha sido largo y duro. Y te sientes tan cansada…. Y es todo tan difícil…. Pero también es verdad que reconoces mucho antes todo lo bueno que tienes delante y si merece la pena seguir luchando.
Y sí, creo que sí.
Hola Lamia
ResponderEliminarYo no creo que sea más difícil conocer a alguien que merezca la pena a partir de ninguna edad. Creo que nunca sabes quien te encontrarás en cualquier esquina,en cualquier momento.
Quizás si sea más fácil reconocer a quien tienes delante o simplemente eliges más rapidamente que por ello no siempre lleves razón...depende de tantas cosas...del momento, de tu caracter ...
Lo importante es que hagas lo que hagas lo hagas consecuentemente ...
La edad tiene un grado aunque no sea lo más importante porque yo creo que cumplir años en algunos casos no te hace ser mejor,hay quien no aprende nada por más que pasen los años
Solo es mi opinión ....
Un saludo Lamia
Lo bueno de llegar a veinte es que ya te crees mayor de edad.
ResponderEliminarPero es mejor a los treinta, donde aparte de ser mayor de edad, alcanzas la plenitud física.
Mejoras con los cuarenta, donde tu voz se vuelve firme y dejas de callar tu verdad, haciendo valer tu sabiduría recién alcanzada.
A los cincuenta estas casi en lo más alto de tu propia vida, mandando a la papelera directamente todo lo que no quieres almacenar en tus sentimientos bastante llenos de felicidades vividas. Los ratos malos los desechaste hace mucho tiempo en un recuerdo difuso del que no te queda casi constancia.
Cuando llegue a los sesenta te volveré a contar lo que te queda por vivir...
¿Cuarenta? Me suena esa cifra, pero ahora mismo no recuerdo por qué.
ResponderEliminarun saludo
Quizás tengas razón Azul.
ResponderEliminarCarlos, lo bueno siempre es poder contarlo.
Antonio, gracias por tu visita. Espero que vuelvas.