El Hayedo de Lamia
martes, 14 de marzo de 2017
De vuelta por aquí
Estoy de nuevo por aquí. Mucho tiempo ausente. Sin escribir, sin contar... ¿Y si lo intento de nuevo? Abrimos la ventana unos días para renovar el aire. Y a ver si así...
jueves, 7 de noviembre de 2013
De la Isla Roja
Si no estuviera muerta, sabría encontrar el camino.
Siguiendo las líneas blancas que surgen de la Isla Roja
tatúo el asfalto con mis vaivenes.
Destino, en tus cicatrices llevas grabada mi historia.
Solo queda esperar al Cierzo.
Él me conduce a casa.
Siguiendo las líneas blancas que surgen de la Isla Roja
tatúo el asfalto con mis vaivenes.
Destino, en tus cicatrices llevas grabada mi historia.
Solo queda esperar al Cierzo.
Él me conduce a casa.
miércoles, 30 de octubre de 2013
Y llegó el perdón...
Y llegó el perdón.
Y lo ha llenado todo.
Como un bálsamo que restaña las heridas, ha curado capas resecas de dolor.
Como el agua que lava los campos, ha dejado mi alma limpia.
Sólo puedo decir: ¡Gracias!
Foto
viernes, 25 de octubre de 2013
Una carta
He escrito LA carta. La que tenía que haber redactado hace casi cinco años.
Llevo varios días haciendo un ejercicio de autocrítica y tratando de restañar las heridas causadas. Está claro que es díficil arreglar lo que ya está roto. Aunque no imposible.
Si bien es cierto que la cicatriz que queda muy pocas veces sana hasta desaparecer por completo.
Se trata de dos circunstancias muy diferentes. En una se muy bien que jamás será posible anudar la cuerda de nuevo. En la otra, espero que lo que hubo entre nosotros sea suficiente para entender, para comprender, para perdonar.
En el centro de esta nueva página que quiero escribir, he de colocar cada palabra en su sitio, cada guión acotando cada cita. Es posible que algunas palabras no encajen o que los guiones se superpongan arruinando cada frase. Sin embargo, es la única forma de poder volver a escribir.
Llevo varios días haciendo un ejercicio de autocrítica y tratando de restañar las heridas causadas. Está claro que es díficil arreglar lo que ya está roto. Aunque no imposible.
Si bien es cierto que la cicatriz que queda muy pocas veces sana hasta desaparecer por completo.
Se trata de dos circunstancias muy diferentes. En una se muy bien que jamás será posible anudar la cuerda de nuevo. En la otra, espero que lo que hubo entre nosotros sea suficiente para entender, para comprender, para perdonar.
En el centro de esta nueva página que quiero escribir, he de colocar cada palabra en su sitio, cada guión acotando cada cita. Es posible que algunas palabras no encajen o que los guiones se superpongan arruinando cada frase. Sin embargo, es la única forma de poder volver a escribir.
Foto: M. V. |
miércoles, 23 de octubre de 2013
Por obligación
Escribo
por obligación. Porque tengo que hacerlo. Porque me lo han dicho. Y, ya está. No
me apetece nada. No sé qué decir. Ni qué contar.
Estoy
envuelta en una espiral de la que, por el momento, no consigo escapar. Por más
que trabajo para encontrar el principio y el final, no hallo la manera de
desenredar la maraña.
De
nuevo me enfrento a la página en blanco.
Tendría
que contaros una historia. Pero, ¿y si no es preciso? ¿Qué ocurre si todavía
estoy inmersa en uno de sus capítulos y aún queda mucho argumento por escribir?
¿Y si causo dolor? ¿Y si me equivoco? ¿Y si….?
Estoy
ciega. No veo lo que me rodea. O quizá no esté ciega. A lo mejor una banda
oscura y densa se ciñe a los ojos de la mente apretando y estrujando hasta
dejarme vacía.
A mi
alrededor pasan cosas. Las contemplo desde un extremo. Sin decidirme a
participar. Si lo hago, es posible que yerre.
martes, 17 de septiembre de 2013
Poemas de otros
Deseo que ninguno de tus afectos muera.
Pero que, si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte
Y sufrir sin sentirte culpable.
Pero que, si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte
Y sufrir sin sentirte culpable.
lunes, 16 de septiembre de 2013
Cerrando el círculo
Parece que el círculo se cierra.
Vuelvo de nuevo a la casilla de salida.
Lástima que no me sienta libre para escribir lo que deseo.
Hay ya demasiados de los que me rodean que leen todo lo que escribo.
Quién sabe... quizá más adelante.
Vuelvo de nuevo a la casilla de salida.
Lástima que no me sienta libre para escribir lo que deseo.
Hay ya demasiados de los que me rodean que leen todo lo que escribo.
Quién sabe... quizá más adelante.
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